De transportes públicos y otros desastres: el colectivo

En la Argentina los autobuses no se llaman autobuses sino colectivos, micros, bondis e incluso omnibuses. Y lo más importante de todo: los transportes públicos no se cogen. Puedes tomar un colectivo o agarrar un bondi, pero si intentas cogerlo te miraran medio raro.

Colectivo 110Colectivo 130
Colectivos que tomo para ir a Plaza Serrano y para ir a la estación de Retiro.

A la hora de moverte en colectivo lo esencial es conseguir plata para pagar el boleto. Y cuando digo plata, me refiero sólo y exclusivamente al metal. No se puede pagar con billetes porque el colectivero tiene que concentrar toda su atención en conducir temerariamente y no tiene tiempo para darte cambio. Es por ello que cada colectivo tiene su máquina expendedora de boletos donde introduces el importe y hasta te devuelve el cambio. Creo que ya lo comenté en otra ocasión, pero lo reitero: las monedas aquí son un bien escaso así que si viajáis a Argentina y milagrosamente os devuelven monedas no las uséis sino es para viajar en colectivo. También es cierto que desde hace unos meses acá, se está instalando un sistema de pago con tarjeta en colectivos (SUBE) pero aún no está operativo en todas las líneas.

Así que nada más subir al colectivo el conductor te preguntará cual es tu destino y te calculará el precio del boleto según los kilómetros del recorrido. Yo ya he optado por decir siempre "1.20 por favor" que más o menos sería el precio estándar. Tengo que aclarar que el precio de los billetes está parcialmente subsidiado por el Estado de la Nación, de ahí que sólo cueste 25 céntimos de euro moverte por la ciudad.


Subsidio en colectivos
Letreros que están en todas las líneas de bus.

Y nada a partir de ahí si tienes suerte te sientas y si no pues te agarras fuerte a la barra y a disfrutar de los vaivenes del viaje.

En Buenos Aires hay como unas 120 líneas diferentes de autobús urbano, agrupadas por compañías y que te llevan a cualquier punto de la ciudad. Las paradas de bus son un poste con el número de autobús que para y en ocasiones un breve resumen de las calles que atraviesa. Nada de mapas esquemáticos, ni planos con colores. La ciudad es demasiado grande y hay tantas líneas diferentes que el círculo cromático se quedaría corto... Y entonces, ¿cómo sabes qué colectivo te deja cerca de tu destino? Pues muy sencillo, para eso existe un librito llamado Guía T, que es la Biblia de todo porteño para moverse por la ciudad.

Guia T
¡Viva la Guía T!

La Guía T de Capital Federal divide la ciudad en cuadrículas y te marca que colectivos pasan por cada cuadro. Además al final contiene un glosario con todas las calles por las que pasa cada línea en ambos sentidos, los ramales, desdobles y demás. Todos fuimos reticentes en el primer momento pero una vez que te acostumbras no sales de casa sin ella.

Colectivo 37Colectivo 10
Colectivos que uso para volver de Aeroparque y para ir a Microcentro o San Telmo.

El horario y la frecuencia de los colectivos es secreto del sumario. Durante el día no suelen pasar más de 10 minutos entre autobús y autobús, depediendo claro está, de la línea y la zona en la que estés. Aunque es muy probable que te lleves un rato largo esperando un bus y de repente aparezcan 3 seguidos... Por la noche necesitas algo más de suerte, el 90% de las veces te desesperas y acabas parando un taxi.

Y una última recomendación, cuidadín al bajar. Aunque se abran las puertas, no os tiréis del vehículo en marcha!

Nos vemos en el camino,
Lola.-

Cambiando de Equinoccio

Estamos a finales de Marzo y empieza el otoño aquí en el hemisferio sur.... NOOOOO! No quiero que acabe el buen tiempo, ni la jornada intensiva, ni el jacuzzi, ni la pileta, ni las terracitas, ni las tardes pa mi, ni las sandalias, los trajecitos, las tirantas...

No quiero que se me vaya el moreno, quiero que vuelvan las tormentas de verano, esas que te empapas y no te resfrías, me da igual el calor insoportable y la sensación térmica de 45ºC, quiero que vuelva el vecino de abajo a quejarse porque le chorrea mi aire acondicionado. ¡No quiero que pase el tiempo!

Y aunque seguro que llegan cosas buenas, me gustaría disfrutar un poquito más de la terraza, de los paseos al sol que achicharra, de los helados que se derriten, del salmorejo con tomate colorao, de la sandía fresquita, del melón con jamón, de los pantalones cortos, del windsurf, del barquito de vela, de la lancha por Tigre, del me subo a la azotea, del ay que brisita tan agradable...

No quiero que se acabe el bloqueador solar ni el aftersun pastoso, quiero seguir usando las gafas de sol, las sillas de la playa para ir al parque, no tener que llevar rebeca, ni siquiera pañuelo, disfrutar de la ciudad semidesierta, comer en casa y tirarme en el sofá, salir con el pelo mojado, caminar por la calle y que te caigan gotas de los aires acondicionados...

A pesar de la caló el verano es la mejor época, por mucha humedad que haya. A mí es lo que más me gusta y en menos de un año he disfrutado de dos. Ahora tendré que aprender a apreciar el invierno porque también se vienen dos...

Saludos desde un marzo muy otoñal,
Lola.-

Cataratas de Iguazú

Hasta hace bien poco para mi Iguazú era simplemente una atracción más del parque de Isla Mágica. Gracias al "Máster en Cauces Fluviales y Saltos de Agua" que realicé hace un par de fines de semana he descubierto una nueva maravilla natural.

Después de una agradable conversación de media hora con un taxista de ascendencia polaca por fin llegué a Aeroparque. Sin que apenas me miraran el pasaporte pasé el control policial y descubrí que en el duty free había degustación de Fernet. Vámonos que nos vamos...

Media hora después de lo previsto aterrizamos en el aeropuerto de Puerto de Iguazú entre los aplausos de los pasajeros. Vale que últimamente se ha puesto muy de moda esto de aplaudir al aterrizar, pero esta vez la ovación estaba justificada: el piloto para redimirse del retraso, dio una vuelta extra ofreciéndonos una espectacular vista aérea de las cataratas.

Mientras esperaba el vuelo de mis padres y para no morir congelada en el aeropuerto reservé las excursiones para los dos días: cataratas del lado argentino y cataratas del lado brasileño. Hasta las 11 de la noche no llegamos al hotel, que estaba emplazado en medio de la selva. Y cuando digo en medio de la selva, me refiero a que para ir a las cabañitas pasabas por unas pasarelas de madera iluminadas con velas entre árboles, plataneras y telas de araña.


La piscinaca del hotelito...

El primer día en Cataratas no defraudó: nos abrimos paso entre la multitud para disfrutar de la Garganta del Diablo y después recorrimos las pasarelas superiores e inferiores del lado argentino. Todo ello con una incesante sensación de tener que ir al baño, claro con tanto chorrito como pa no!

Según nos enseñaron durante el máster, las Cataratas de Iguazú fueron descubiertas por el conquistador jerezano Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Cuentan con 275 saltos diferentes, siendo la Garganta del Diablo el mayor, con unos 80 metros de altura. El caudal medio es de 1.5 millones de litros por segundo, siendo un millón el número de visitas anuales que recibe el parque.


Placa conmemorativa al descubridor

Entre los animales que se estudiaron destacan los coatís que pasean a sus anchas por el parque olisqueando papeleras y mesas en busca de comida. Había lagartos, tortugas, variedad de aves, arañas, orugas peludas y mariposas gigantes de gran colorido que te acompañaban durante todo el camino.


Animales varios

El segundo día en el lado brasileño tuve la sensación de que había menos agua, los profesores comentaron que había una presa que los brasileños abrían y cerraban a su antojo, lo mismo por ahí tenía algo que ver... En Brasil estaba todo mucho más orientado al turismo, grandes puertas de entrada, samba en directo para amenizar la espera... El recorrido era más corto, aun así, te deja con muy buen sabor de boca y merece la pena aguantar la fila y empaparse para ver los arcoiris del final de la pasarela.

Entrada al parque del lado brasileiro

Os puedo mostrar fotos, vídeos, describiros con pelos y señales lo que es estar debajo del Salto Bosseti y quedarte sin respiración al ver tal cantidad de agua caer... Pero creo que lo mejor que podéis hacer es ahorrar un poco y venir a verlo vosotros mismos.




Me despido hasta la próxima entrada. Os mando un beso,
Lola.-