Y de nuevo esta vez tengo que contar otra historia relacionada con los caballos. No, si al final acabaré apuntandome a clases de equitación cuando vuelva a España...
Estando de vacaciones en El Calafate preguntamos por excursiones que podíamos hacer por la zona, nos llamó la atención una visita a la estancia Cerro Frías que se podía hacer en 4x4, mountain bike o a caballo. Lo del todoterreno como que no nos convencía mucho y lo de la bici implicaba demasiado esfuerzo físico así que accedí a hacer una cabalgata por la estepa patagónica a lomos de Poli, una yegua dócil, obediente y diligente.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw97Lxt7lGGFdS_pTiTdQP11-gP4is-Znn3XLRQvwyVCImvIWYzajZYmeIKJKy_VbA8J2qhQv9HXqjcGaRfShryCwOLNWwM5i67xPxRi4B5I8OWbsx2E5fzh5hz9ivsvwd5eOij42GV1dj/s320/DSCF1027.jpg)
Los caballos de Cerro Frías realizan este recorrido unas 2 veces al día y son muy mansos, algo que pregunté reiteradamente al monitor antes de empezar. Mi primera impresión una vez subida al animal fue que iba a acabar en el suelo o perdida por la montaña pero tengo que reconocer que fue mucho más fácil de lo que esperaba. Apenas tuve que animarla a andar, ella solita sabía cuando y por donde ir, cómo esquivar los obstáculos del camino, atravesar riachuelos y subir por las escarpadas laderas del cerro.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA1Qn20w3jVx3dEdgLVS-eIlb8X7b3AGSNJCuI6oRQyBfEdKsU5Jf8ilc8i7Ulhk7c807WXf8kmNG81WXjrK9ljq3lKEYbOTHp7QXBFLe8bC9pYLqN25iZhi8hTySvnmXbIEL-lczHsKmI/s320/DSCF1018.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcx0-r4ETjzhtMn4nhPbvG6T0CLvovcNG1plGq1wWi2yYUfbsZDriDGKlhxRYrM_PCFc90AWkAR7w2eFVGWkgCkfAEGx08xkZX_s9TjV5KNIPdaoF9KW2mHhdcju2K0H0NFE-aUqwlIGNj/s320/DSCF0998.jpg)
La cabalgata transcurrió sin incidencias, cada jinete al ritmo de su caballo. Los había más perezosos como el viejo Charlie y más aventureros como Marquitos. Divisamos guanacos, aves y liebres gigantes a las que el simpático perro de la finca no dejaba de perseguir.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYgIhavdyG3uaS8JCDpqa9GVJ7TMhs7k5cpunZXgBO_cySvzabpzcNjBNfoUqRFA3dl2n0e5MdfwgG_Isy5kBHVlQFVexTbZR6mN36nd0F1XQU3TPnFgw5lYVUpBSPAWO2Y_pNYc9exue1/s320/DSCF1038.jpg)
A pesar del viento polar a la vuelta disfrutamos la experiencia y nos sentimos por unas horas como auténticas amazonas de la Patagonia.
Besos patagónicos,
Lola.-
Estando de vacaciones en El Calafate preguntamos por excursiones que podíamos hacer por la zona, nos llamó la atención una visita a la estancia Cerro Frías que se podía hacer en 4x4, mountain bike o a caballo. Lo del todoterreno como que no nos convencía mucho y lo de la bici implicaba demasiado esfuerzo físico así que accedí a hacer una cabalgata por la estepa patagónica a lomos de Poli, una yegua dócil, obediente y diligente.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw97Lxt7lGGFdS_pTiTdQP11-gP4is-Znn3XLRQvwyVCImvIWYzajZYmeIKJKy_VbA8J2qhQv9HXqjcGaRfShryCwOLNWwM5i67xPxRi4B5I8OWbsx2E5fzh5hz9ivsvwd5eOij42GV1dj/s320/DSCF1027.jpg)
Los caballos de Cerro Frías realizan este recorrido unas 2 veces al día y son muy mansos, algo que pregunté reiteradamente al monitor antes de empezar. Mi primera impresión una vez subida al animal fue que iba a acabar en el suelo o perdida por la montaña pero tengo que reconocer que fue mucho más fácil de lo que esperaba. Apenas tuve que animarla a andar, ella solita sabía cuando y por donde ir, cómo esquivar los obstáculos del camino, atravesar riachuelos y subir por las escarpadas laderas del cerro.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA1Qn20w3jVx3dEdgLVS-eIlb8X7b3AGSNJCuI6oRQyBfEdKsU5Jf8ilc8i7Ulhk7c807WXf8kmNG81WXjrK9ljq3lKEYbOTHp7QXBFLe8bC9pYLqN25iZhi8hTySvnmXbIEL-lczHsKmI/s320/DSCF1018.jpg)
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La cabalgata transcurrió sin incidencias, cada jinete al ritmo de su caballo. Los había más perezosos como el viejo Charlie y más aventureros como Marquitos. Divisamos guanacos, aves y liebres gigantes a las que el simpático perro de la finca no dejaba de perseguir.
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A pesar del viento polar a la vuelta disfrutamos la experiencia y nos sentimos por unas horas como auténticas amazonas de la Patagonia.
Besos patagónicos,
Lola.-