Normalmente cuando te reservan un vuelo con British Airways lo primero que piensas es en lo cómodo que vas a ir, en que no te perderán las maletas y que encima te darán de comer y todo. Pero cuando te das cuenta de que para cruzar el charco te hacen casi dar la vuelta al mundo ya no es tan bonito.
En mi caso para ir de Jerez a Buenos Aires tardé más de 24 horas, 27 para ser exactos, recorriendo España, el Reino Unido, Brasil y por último Argentina. Sí, 4 países cuando todo el mundo sabe que Iberia tiene vuelo directo a Buenos Aires desde Madrid... Teniendo en cuenta que el vuelo me costó los 60 euros de la maleta extra... ¡no me puedo quejar!
Salí de la que ha sido mi casita este último año el martes 5 de Octubre a las 12.15, según el horario previsto. En el aeropuerto de La Parra no hubo ningún problema salvo alguna que otra lágrima en la última despedida. Una vez en Barajas decido ir a comprarme el primer libro de una de las trilogías de Federico Moccia ya que por no prestar demasiada atención a mi hermana me dejó un libro que ya me había leído. (Si ya, estoy en la parra...). En Madrid me reencontré con las otras becarias y descubrimos que habían retrasado el vuelo media hora, con lo cual el tiempo que teníamos en Heathrow para cambiarnos de terminal era demasiado ajustado. Aun así lo conseguimos gracias a que el vuelo con destino Buenos Aires también lo habían retrasado, esta vez hora y pico. En el cambio de terminal conocimos a los primeros porteños, un matrimonio mayor que había hecho un tour por Europa, llevaban 22 días de viaje y habían recorrido 9 países, estaban encantados y eran encantadores.
Una vez en el avión y habiendo escuchado atentamente las instrucciones en caso de accidente, tanto en inglés como en portugués y español, me entró la morriña, así que para evitar dormirme y que me dejaran sin cenar me puse a ver Karate Kid III. (Cifu me acordé mucho de ti, ánimo con tanto chino!) La verdad es que no sirvió de mucho porque cuando abrí los ojos todo el avión tenia su bandejita de pollo al curry y yo me estaba muriendo de hambre. Ni corta ni perezosa me acerqué a la azafata y me hice con la cena.
Lo siguiente que recuerdo es que mi compi de la izquierda, un inglés de 2 metros de altura al que las rodillas le chocaban contra el asiento de alante, me despertó porque necesitaba ir al baño, así que aproveché y di un paseito por la planta baja del avión. Al poco rato ya encendieron las luces y nos ofrecieron un 'English Breakfast' en toda regla, con su salchicha, su bacon, su ketchup y su scrambled egg.
El vuelo hacía escala en Sao Paulo unas 11 horas después de salir de Londres. Con tanto jaleo de gente que se bajaba y gente que se quedaba pero quería estirar las piernas, hubo un momento de confusión porque por lo visto alguien se tenía que bajar y no lo había hecho. Por megafonía nos dijeron, en inglés, portugués y español, que si teníamos al lado alguien durmiendo que lo despertáramos y preguntáramos. Menos mal que el inglesito no estaba dormido porque con lo incómodo que tuvo que ir todo el tiempo despertarlo así por las buenas no le hubiese sentado demasiado bien...
Total que después de 2 horas allí parados volvimos a despegar, nos dieron un segundo desayuno a base de frutas tropicales y bocadillo de jamón y queso. Tras sobrevolar el espacio aéreo de Buenos Aires el capitán nos anunció, en inglés, portugués y español, que en breves instantes aterrizaríamos en el aeropuerto de Pistarini, a eso de las 10, las 3 de la tarde hora española.
Una vez en el país todo salió redondo: milagrosamente las maletas salieron por la cinta transportadora y nos vinieron a recoger en una ranchera. Desafiando a Ramón García conseguimos meternos las 3 becarias, sus 6 maletones, sus 3 equipajes de mano, sus 3 portátiles y los 3 salvadores que vinieron a buscarnos.
El aeropuerto de Pistarini conocido comúnmente como aeropuerto de Ezeiza, se encuentra a unos 43km del centro de la ciudad, así que camino de casa fuimos corroborando algunos tópicos bonairenses: acá el tráfico es denso y se conduce fatal. La carretera podía tener unos 5 o 6 carriles por donde los coches se movían alegremente sin apenas poner el intermitente y yo diría que hasta sin mirar. Pasamos por 'La matanza' el barrio más chungo de la ciudad, vamos lo que viene siendo 'El chicle' en Jerez, pero multiplicado por 10 tanto en peligrosidad como en tamaño. Dimos vueltas y más vueltas y hasta nos perdimos, pero tras hora y poco de viaje y con algún que otro dolor lumbar conseguimos llegar a Sánchez de Bustamante, 2520.
Era la 1 del mediodía.
Lo siguiente será mi departamento, hasta la próxima.
Lola.-
En mi caso para ir de Jerez a Buenos Aires tardé más de 24 horas, 27 para ser exactos, recorriendo España, el Reino Unido, Brasil y por último Argentina. Sí, 4 países cuando todo el mundo sabe que Iberia tiene vuelo directo a Buenos Aires desde Madrid... Teniendo en cuenta que el vuelo me costó los 60 euros de la maleta extra... ¡no me puedo quejar!
Salí de la que ha sido mi casita este último año el martes 5 de Octubre a las 12.15, según el horario previsto. En el aeropuerto de La Parra no hubo ningún problema salvo alguna que otra lágrima en la última despedida. Una vez en Barajas decido ir a comprarme el primer libro de una de las trilogías de Federico Moccia ya que por no prestar demasiada atención a mi hermana me dejó un libro que ya me había leído. (Si ya, estoy en la parra...). En Madrid me reencontré con las otras becarias y descubrimos que habían retrasado el vuelo media hora, con lo cual el tiempo que teníamos en Heathrow para cambiarnos de terminal era demasiado ajustado. Aun así lo conseguimos gracias a que el vuelo con destino Buenos Aires también lo habían retrasado, esta vez hora y pico. En el cambio de terminal conocimos a los primeros porteños, un matrimonio mayor que había hecho un tour por Europa, llevaban 22 días de viaje y habían recorrido 9 países, estaban encantados y eran encantadores.
Una vez en el avión y habiendo escuchado atentamente las instrucciones en caso de accidente, tanto en inglés como en portugués y español, me entró la morriña, así que para evitar dormirme y que me dejaran sin cenar me puse a ver Karate Kid III. (Cifu me acordé mucho de ti, ánimo con tanto chino!) La verdad es que no sirvió de mucho porque cuando abrí los ojos todo el avión tenia su bandejita de pollo al curry y yo me estaba muriendo de hambre. Ni corta ni perezosa me acerqué a la azafata y me hice con la cena.
Lo siguiente que recuerdo es que mi compi de la izquierda, un inglés de 2 metros de altura al que las rodillas le chocaban contra el asiento de alante, me despertó porque necesitaba ir al baño, así que aproveché y di un paseito por la planta baja del avión. Al poco rato ya encendieron las luces y nos ofrecieron un 'English Breakfast' en toda regla, con su salchicha, su bacon, su ketchup y su scrambled egg.
El vuelo hacía escala en Sao Paulo unas 11 horas después de salir de Londres. Con tanto jaleo de gente que se bajaba y gente que se quedaba pero quería estirar las piernas, hubo un momento de confusión porque por lo visto alguien se tenía que bajar y no lo había hecho. Por megafonía nos dijeron, en inglés, portugués y español, que si teníamos al lado alguien durmiendo que lo despertáramos y preguntáramos. Menos mal que el inglesito no estaba dormido porque con lo incómodo que tuvo que ir todo el tiempo despertarlo así por las buenas no le hubiese sentado demasiado bien...
Total que después de 2 horas allí parados volvimos a despegar, nos dieron un segundo desayuno a base de frutas tropicales y bocadillo de jamón y queso. Tras sobrevolar el espacio aéreo de Buenos Aires el capitán nos anunció, en inglés, portugués y español, que en breves instantes aterrizaríamos en el aeropuerto de Pistarini, a eso de las 10, las 3 de la tarde hora española.
Una vez en el país todo salió redondo: milagrosamente las maletas salieron por la cinta transportadora y nos vinieron a recoger en una ranchera. Desafiando a Ramón García conseguimos meternos las 3 becarias, sus 6 maletones, sus 3 equipajes de mano, sus 3 portátiles y los 3 salvadores que vinieron a buscarnos.
El aeropuerto de Pistarini conocido comúnmente como aeropuerto de Ezeiza, se encuentra a unos 43km del centro de la ciudad, así que camino de casa fuimos corroborando algunos tópicos bonairenses: acá el tráfico es denso y se conduce fatal. La carretera podía tener unos 5 o 6 carriles por donde los coches se movían alegremente sin apenas poner el intermitente y yo diría que hasta sin mirar. Pasamos por 'La matanza' el barrio más chungo de la ciudad, vamos lo que viene siendo 'El chicle' en Jerez, pero multiplicado por 10 tanto en peligrosidad como en tamaño. Dimos vueltas y más vueltas y hasta nos perdimos, pero tras hora y poco de viaje y con algún que otro dolor lumbar conseguimos llegar a Sánchez de Bustamante, 2520.
Era la 1 del mediodía.
Lo siguiente será mi departamento, hasta la próxima.
Lola.-
11 de octubre de 2010, 1:52
bueno anda, de lo malo tuviste varias comidas en el viaje...
lolita, justo ahora estoy leyendo yo 'Tres metros sobre el cielo' de Federico Moccia, es ese mismo?
11 de octubre de 2010, 4:49
y si me llamo anonimo ya para siempre???
ay lola que te he comentado donde no era (en el primero de todos)
enfin sigue queriendo a tu amiga pili, que mira lo que hace por ti, quedar como la mas cateta de españa solo pa saber de ti.
11 de octubre de 2010, 6:01
Besotes desde München Dolors!!
Aqui tienes otro follower! Disfrutalo boluda!
Muak
Dioni
11 de octubre de 2010, 13:24
que buena descripcion!!!! SOOOS RELINDA LOOOOLA!!!! :)
11 de octubre de 2010, 14:20
Te llevaste algún marcapáginas para el libro?? ;)
12 de octubre de 2010, 6:54
-> angelillo q te lo diga rosanna q le presté el repetio ;)
-> pilaaar gracias por el esfuerzo y felicidades otra vez!
-> Dioni q tal Munich y el oktoberfest??
Besotes!
19 de octubre de 2010, 8:19
oiga??????
a mi no me llega el siguiente capítulo del blog!!!!!jejjee
cómo va todo? un besito wapa.
21 de octubre de 2010, 15:41
Tiaaa!! tengo varias entradas empezadas a ver si ahora me inspiro y consigo terminar alguna. Por aqui todo muy bien!! tu como llevas tus opos? besos!!