Durante estos meses en la comarca del Río de la Plata he estado realizando el cursillo "Cata y deguste de alfajores" en mis ratos libres. Hasta el momento sólo conocía el típico alfajor de Medina, ese de masa almendrada y cubierto de azúcar glass que para digerirlo necesitas un litro de agua o una copita de anís. Algo así como esto:
Nada que ver con el alfajor argentino, que podría describirse como un bocadillito de dulce de leche, se puede decir que sólo comparten su origen árabe... A veces de masa más compacta, a veces más blanda, cubierto de chocolate negro, blanco, maicena o coco, con doble o triple capa de dulce de leche e incluso con crema de maní (alfajores truchos sin lugar a dudas!). La variedad es muy amplia, cada marca tiene su especialidad y además en cada región tienen su sello de distinción: alfajores rosarinos, santafecinos, marplatenses...
Después de terminar el curso me propuse encontrar el mejor alfajor de toda la Argentina. Reconozco que no ha sido tarea fácil, he invertido mucho tiempo y dinero tanto en alfajores como en gimnasios. He probado marcas exclusivas como el Capitán del Espacio que dicen que solo se vende al sur de la ciudad y en pequeñas cantidades, marcas más chic como Cacharaz, también el típico Havanna que lo encuentras incluso en el Corte Inglés, el Cabsha de chocolate blanco que dan en los vuelos de Aerolíneas Argentinas... Hasta marcas internacionales como Cadbury, Oreo, Chips Ahoy y Milka no han querido quedarse atrás y han sacado su versión de este dulce manjar.
Yo, después de tan exahustiva búsqueda creo que me quedo con el primer alfajor que probé en una cafetería de la Avenida Santa Fe. Artesanal y cubierto de chocolate blanco. La primera impresión es la que cuenta.
Lola.-
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